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Tapas como estilo de vida

 
Una tapa es mucho más que un plato pequeño de tortilla o de croquetas, es toda una filosofía de vida que empieza a exportarse a otros países. Tapear es todo un ritual en el que interviene no solo la comida, también la bebida (el maridaje perfecto es una 'caña' de cerveza o una copa de vino) y, cómo no, la compañía. La costumbre española es pedir varias tapas, comerlas de pie y sobre todo, compartirlas en grupo. Pueden ser elaboraciones sencillas o aperitivos gourmet, lo importante es la atmósfera que se crea en torno a la comida. ¡Camarero, otra ronda por favor!

 Gastronomía en pequeñas dosis


“Cojonudos”. No nos tomes por maleducados, así se llama la tosta con picadillo o chorizo y huevo de codorniz, una de las tapas más conocidas de Logroño. La calle Laurel es el lugar indicado para encontrarlos y saben mejor si se riegan con un vino Rioja de la zona. Cada ciudad tiene su propia especialidad y una calle donde probarla. Granada se erige como “capital de la tapa” gracias a sus raciones abundantes y especialidades autóctonas como la tortilla del Sacromonte. Madrid, La Latina es la zona de tapeo por excelencia ¡Por algo es uno de los barrios con más bares por metro cuadrado de la ciudad!


La evolución del pintxo

En el País Vasco las tapas se convierten en pintxos. Se llaman pintxos porque en un principio, se referían a una porción de comida sobre una rebanada y sujetada por un palillo, también llamado “pincho”. Con el tiempo han ido evolucionando y las sencillas tostas de bonito y pimientos conviven con auténticas obras de arte en miniatura. La costumbre es pedir un pintxo y un “zurito”, que es como llaman en el País Vasco a un vaso chato de vino o de cerveza. Una vez que lo terminas, pasas al siguiente bar y repites la operación en una especie de 'pub crawl' gastronómico que surgió mucho antes de que estos se pusieran de moda.


 

 

 

 
Gastro-tapas a la conquista del mundo

 

Hace ya tiempo que la tapa salió de los bares tradicionales para instalarse en restaurantes y espacios gourmet. Fue todo un reto para los chefs concentrar tradición y alta cocina en un formato tan pequeño. Tickets, en Barcelona, es el gastro-bar de los hermanos Ferran y Albert AdriĆ  y fue de los primeros en adherirse a “la vida tapa”, como ellos la denominan. Este estilo de vida, como lo llaman los AdriĆ , no ha conquistado solo a cocineros españoles, Jöel Robuchon, el chef con más estrellas Michelín del mundo, dijo a principios de este año que “el futuro de la alta cocina está en las tapas”.


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