Aviación News ¦ Edición nº 811 ¦ Jueves 19 de marzo de 2020

CORONAVIRUS: UNA PANDEMIA CAPAZ DE DESTRUIR EL TURISMO Y LA INDUSTRIA AÉREA (continuación)

Un ejemplo son las cotizaciones de algunas aerolíneas esta semana en Wall Street y otras Bolsas. A las 15hs. del miércoles 18, American Airlines valía U$S 4.955 millones, IAG (British más Iberia) U$S 4.256 millones, Lufthansa U$S 3.980 millones, Air France-KLM U$S 1.817 millones, United U$S 5.061, Copa U$S 1.123, Gol U$S 388 y Latam U$S 1.061, cuando hace unos meses Delta pagó el doble por el 20% de la empresa. Compañías como KLM y Norwegian ya anunciaron despidos masivos: 2.000 la primera, 7.300 la segunda. British también, pero no dio cifras. No son las únicas.

Para la IATA la industria podría verse afectada por pérdidas de hasta US$ 113.000 millones, pero eso fue hace unos días. Ahora dice que la industria global de las aerolíneas necesitará hasta US$ 200.000 millones en ayudas, mientras que en Washington las líneas aéreas claman por auxilio para sobrevivir a la crisis que los obliga a mantener sus aviones en tierra. Se estima, por los cierres de fronteras y las prohibiciones de viajes, que unos 185.000 vuelos se cancelen por día. Solo la industria de las aerolíneas estadounidenses, incluidas United, Delta y American, le ha pedido al gobierno de su país US$ 50.000 millones en asistencia de emergencia: US$ 25.000 millones en préstamos y US$ 25.000 millones en subsidios. La organización que nuclea a las aerolíneas a nivel mundial, también pidió la semana pasada a los gobiernos que consideren extender las líneas de crédito, reducir los costos de infraestructura y reducir los impuestos para las aerolíneas con problemas de liquidez. Además, que los reguladores flexibilicen la regla de que los vuelos no pueden cancelarse menos de dos semanas antes de la salida programada, que se reduzcan las tarifas de sobrevuelo y las de estacionamiento ya que los aviones estarán parados todo el tiempo vacíos, y que los gobiernos que han impuesto restricciones, en especial el de Estados Unidos, que revisen la decisión permanentemente para ver si pueden aliviar o anular esa decisión cuanto antes. En Washington ya dieron señales de estar ocupándose del tema. El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, adelantó esta semana que el gobierno comenzará inmediatamente a trabajar con el Congreso para apoyar a las industrias afectadas, entre ellas obviamente la industria de aviación. Mientras tanto IATA insta a los gobiernos en Latinoamérica a permitir que las aerolíneas mantengan sus servicios como motor de reactivación y a mantener medidas de apoyo que permitan conservar el flujo de caja. En especial difiriendo obligaciones tributarias, control sobre tasas y costos operativos.

En Argentina, mientras tanto, no hay todavía señales que vayan más allá de la cancelación de los servicios internacionales, regionales y nacionales -estos por pocos días- y de los operativo montado por el Gobierno a través de Aerolíneas para traer argentinos en el exterior. Nada, aún, que tenga que ver con la continuidad de una industria, tanto la turística como la aérea, que ya de por sí venía drásticamente golpeada. Diríamos, al borde del knockout