El proceso de desregulación y desburocratización que comenzó con el nuevo gobierno el 1º de enero de este año, ya tuvo sus frutos con Air Europa del Grupo Globalia, la primera aerolínea con capital 100% extranjero en ser autorizada a realizar vuelos nacionales en Brasil. Para ello el Congreso debió previamente anular una ley que vetaba esa posibilidad a las compañías extranjeras. Respecto a la desburocratización, los funcionarios destacaron que Air Europa obtuvo su licencia para operar doméstico en 15 días, mientras que a la brasileña Azul le demandó, antes, más de un año obtener la concesión.
La estrategia del gobierno sería lograr que nuevas empresas internacionales lleguen con sus vuelos para convencerlas luego de incursionar en el mercado doméstico. Por lo pronto ya hubo señales positivas, en particular de empresas low cost: la primera fue la noruega Norwegian, que en marzo comenzó a volar de Londres a Río, luego la chilena Sky Airlines, con servicios entre Santiago y tres ciudades de Brasil, y hace unos días la argentina Flybondi también a Rio, y el anunció de vuelos a Florianópolis desde el 19 de diciembre y a San Pablo desde enero 2020.
JetSmart, del fondo estadounidense Índigo Partner y base en Chile y Argentina, comenzará a ofrecer en diciembre vuelos entre Santiago y tres ciudades brasileñas, en tanto que la británica Virgin Atlantic, también low cost, adelantó su intención de establecer un servicio diarios entre Londres y San Pablo a partir de marzo.
Pero está claro que no solo se trata de cursar invitaciones para que las compañías vengan. “La aviación comercial brasileña recién se encuentra saliendo de la crisis que vive desde 2015. Antes, entre el 2002 y el 2014, el mercado había trepado de 30 millones de pasajeros por año a 100 millones, con la tarifa media descendiendo de US$ 195 a US$ 90. Es claro que todavía quedan desafíos como la reducción del impuesto al combustible y revisiones en el aspecto regulatorio”, señaló Eduardo Sanovicz, Presidente de ABEAR. Una política clara en este sentido es la reducción del 25% de los impuestos a los combustibles, la apertura del 100% del capital de las aerolíneas brasileñas a inversores extranjeros, la flexibilización de acuerdos bilaterales con un monto de inversión de más de US$ 2 mil millones, y el anunció, durante el evento de ALTA, de la eliminación de la tasa adicional de USD$18, incluida en la tarifa de embarque para los pasajeros que viajan fuera de Brasil.
El tema infraestructura aeroportuaria también es una barrera. Actualmente Brasil transporta 120 millones de pasajeros al año y cubre destinos en 130 ciudades. El objetivo impuesto por el Gobierno es llegar en el 2025 a 200 millones de pasajeros y 200 ciudades. "Estamos haciendo los deberes en casa y una verdadera revolución en infraestructura aeronáutica", afirmó el titular de la ANAC. Allí el gobierno anunció que proseguirá con el proceso de concesión de las terminales aéreas a empresas privadas, como ocurrió este año con las de Florianópolis, Porto Alegre, Salvador y Fortaleza.
|