MIENTRAS LAS CENIZAS SIGUEN HACIENDO DE LAS SUYAS, LAS AEROLÍNEAS PAGAN LAS CONSECUENCIAS (Continuación)

Distinta es la situación de LAN que acusa U$S 20 millones con posibilidades de trepar a U$S 25 millones y la de otras líneas aéreas menores, como Andes, que hasta ahora no han conseguido ningún tipo de asistencia oficial y que en el caso concreto de esta última debió proceder a devolver esta semana dos Bombardier CRJ 900 que habían sumado en junio de 2010. "Preferimos cuidar la salud de la compañía y preservar la buena relación con el fabricante", dijeron en la empresa, que sostendrá de aquí en adelante su operación con 4 MD.  Andes no solo se vio perturbada en su programación regular –el 50% de sus destinos se vieron afectados – sino también en su operación chárter acordada para esta temporada con la mayorista brasileña CVC con vuelos de Brasil a Bariloche. Las cenizas no permitieron concretar ni el 50% de los vuelos contratados. Sol, por su parte, debió cancelar 278 vuelos (un 31% de su programación) por las cenizas, 98 de ellos al sur.

Todas las empresas ven el 40% de incremento salarial solicitado por los gremios aeronáuticos por estos días como una amenaza, aunque obviamente las más expuestas son las más chicas que encima cuentan con menos aviones (Sol uno menos por el accidente y Andes por los dos desprogramados) para una misma estructura.

Las dos preguntas que todos se hacen es cuando terminará la pesadilla de las cenizas y si habrá por parte del Estado, como lo hubo para el sector turístico, algún tipo de asistencia a las líneas aéreas. Es posible, sobre esto último, que desde el Gobierno piensen que con asistir a Aerolíneas ya esta cubierto el  sector, lo que sería un error. Respecto al final de la fumata la última palabra la tienen los vulcanólogos quienes hasta ahora no han sido muy precisos.