Aviación News ¦ Edición nº 307 ¦ Jueves 22 de julio de 2010

A DOS AÑOS DE LA REESTATIZACIÓN DE AEROLÍNEAS, LOS NÚMEROS SIGUEN SIENDO LA MAYOR PREOCUPACIÓN (Continuación)

Seguir culpando por el permanente agujero negro a la mala administración española resulta cada vez más difícil a medida que pasa el tiempo. Si hasta los mismos gremios, sin dejar de apoyar la reestatización, se animan a señalar públicamente los desaciertos de una administración a la que acusan de inexperta y soberbia. Lo dijeron hace unos días los jefes y supervisores nucleados en UPSA a través de una dura nota dirigida al presidente de la compañía, y lo dicen por lo bajo los dirigentes de los gremios más combativos.

Los Números:

Desde la reestatización en junio de 2008 y hasta diciembre de este año, según datos oficiales, la empresa habrá demandado U$S 1.700 millones ($ 6.062 millones). Dinero suficiente como para comprar una compañía más grande que Aerolíneas Argentinas. Unos U$S 320 millones (U$S 54 millones promedio mensuales) fueron requeridos durante el segundo semestre del 2008, en tanto que otros U$S 635 millones (U$S 50 millones mensuales) fueron asignados entre lo previsto en el presupuestado y las ampliaciones de mayo, agosto y octubre durante el 2009. Para el 2010, los fondos disponibles ascienden a U$S 780 millones (U$S 65 millones mensuales), de los cuales U$S 473 millones estaban presupuestados en tanto que otros U$S 307 millones serán fondos transferidos desde la ANSES. En resumen: en 30 meses (junio 2008 - diciembre 2010) el grupo requirió aportes por U$S 1.700 millones (U$S 1,8 millones por día). Dos veces lo que toda la industria aérea latinoamericana ganó el año pasado.

Todo esto mientras el plan presentado al Congreso decía que las pérdidas previstas para el 2009 (U$S 500 millones) se reducirían a la mitad en el 2010. Si embargo, y pese al reemplazo de 12 aviones más eficientes y económicos, la empresa vuelve a requerir U$S 500 millones. Ahora se habla de alcanzar el equilibrio recién en el 2014.

En defensa de estos números desde la empresa y la Secretaría de Transporte se suele argumentar que la mayor parte no son gastos sino inversiones, aunque ese desglose aún no se conoce como tampoco están disponibles los balances 2008 y 2009.

El argumento preferido para justificar semejante gasto o inversión, según quien lo diga, es el de la conectividad. Argumento que le permite decir a su presidente Mariano Recalde, aun frente a sus competidores de la Argentina y el mundo, que el objetivo de la empresa no es la rentabilidad sino ofrecer un servicio público que cumpla una función social. ¿Pero de qué hablamos cuando hablamos de conectividad, de destinos sociales o de rutas no rentables?