Aviación News ¦ Edición nº 260 ¦ Jueves 27 de agosto de 2009

CRUCE DE ACUSACIONES ENTRE APTA Y APLA Cont.

La denuncia de Pérez Tamayo habría sido dirigida -con copia a Ricardo Jaime- al presidente de Aerolíneas, en ese entonces Julio Alak, quien habría derivado la misma a la Justicia. Ahora es el juez Norberto Oyarbide quien le pidió al piloto presidencial que ratifique sus denuncias. Las acusaciones entre APLA y APTA, donde se habla de "corrupción" y "seguridad", no es simplemente una pelea por liderazgos. Es la disputa entre quienes apostaban por Ricardo Jaime y quienes lo hacían por Julio De Vido. Entre quienes responden a la CGT de Hugo Moyano y quienes están alineados con la CTA de Luis Barrionuevo. Entre quienes buscaban la "reestatización" de Aerolíneas y quienes apostaban por la "argentinización" de la empresa. Un pelea que muestra por un lado a Guillermo Ballesteros, gerente general de Área de Operaciones (ex Lafsa, y en línea con Jaime y APLA) y por el otro a Oscar Donikian, gerente Corporativo de Producción. Los dos responsables del sector operativo de la empresa y protagonistas de un enfrentamiento -denuncia de corrupción mediante- sobre cual debería haber sido el destino -Lufthansa en China o Aerospace Industries (IAI) en Israel- de un B-747/400 al que se le debía realizar un Chequeo C. Lo concreto es que el avión estuvo parado 55 días por este pelea. Mientras tanto, ambos dirigentes se acusan mutuamente de querer romper el acuerdo de "Armonía Laboral" firmado por todos los gremios con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Cirielli dijo esta semana sobre Pérez Tamayo que "no tiene límites, quiere manejar todo. A través de APLA pretende conducir la compañía, después querrá la Secretaría de Transporte, y más adelante no se sabe". De Cirielli, en cambio, dicen que busca no perder influencia en las decisiones empresarias. El líder de los pilotos, mientras tanto, reunió en su sede a otros tres gremios -personal de tierra (APA), aeronavegantes (AAA) y personal superior (UPSA)-, quienes se quejaron por las críticas que recibe la empresa y la responsabilidad que se les adjudica a los empleados. Obviamente no estaban los pilotos de Austral (UALA), quienes no son bien recibidos en la casona de la calle Lezica, sede de APLA. La pelea recién empieza.