Aviación News ¦ Edición nº 255 ¦ Jueves 23 de junio de 2009

RECALDE "BLANQUEA" PÉRDIDAS EN AEROLÍNEAS (cont.)

Está claro que nadie quiere que haya despidos, pero en los últimos días, y frente a las cifras que se manejan, muchos gremios no aeronáuticos reclamaban un trato similar cuando cierra un bar, despiden a un peón de campo porque cae la producción o al taxista que se le rompe su vehículo. Los empleados de Aerolíneas están sin duda entre los que más ganan en promedio y entre quienes -según El Cronista de este lunes- más aumentos recibieron el último año. Desde que el Estado se hizo cargo en julio del año pasado, los empleados de Aerolíneas recibieron incrementos salariales por un 51,3%, el triple de lo logrado por otros gremio en paritarias.

¿Qué lo llevó a Recalde a blanquear el monto de las pérdidas que hasta hace una semana Julio Alak negaba? A que en muy poco tiempo el Grupo Aerolíneas Argentinas deberá presentar su primer balance después de un año de administración estatal. Por lo tanto el objetivo es que Alak -y si es el Grupo Marsans mejor- corra con los costos políticos por semejante sangría.

Tampoco el argumento del servicio público puede justificar estas cifras. Nadie niega la importancia de la conectividad a destinos no rentables -hacía allí deberían dirigirse los subsidios- ni la importancia de una empresa de fomento como LADE, pero difícilmente se pueda sostener subsidiar a quienes vuelan a Miami, Madrid, Roma, Bariloche, Córdoba o Mendoza. Recalde aseguró en una radio que "Aerolíneas no es una empresa aerocomercial". Es probable que IATA, la entidad gremial que aglutina a las aerolíneas de todo el mundo, no piense lo mismo, y más temprano que tarde comience a reclamar por la competencia que implica para las demás compañías, tanto internacionales como de cabotaje, disputar mercados con una empresa que es financiada en forma permanente por el Estado. Las empresas europeas saben de que se está hablando. Localmente, mientras tanto, la última gran idea para disimular las pérdidas, según trascendió, sería incorporar el déficit de Aerolíneas al Presupuesto 2010 como "gasto social".

Tanto Schiavi como Recalde vuelven a caer en el error de muchos políticos y gran parte de los legisladores: no se trata de salvar una empresa a cualquier costo, se trata de desarrollar una política aérea que promueva una industria que beneficie a todos los argentinos.