LAS DEMORAS EN AEROLÍNEAS ENFRENTARON AL FLAMANTE SECRETARIO DE TRANSPORTE CON LA REALIDAD DE LA EMPRESA (cont.)

Schiavi intentó justificar los malos resultados acusando de "mala fe" al diario Clarín, ya que según dijo la medición se hizo en una semana donde justamente estaban cambiando el sistema de despacho de vuelos para mejorar la puntualidad. "Hay interesados en que le vaya mal a la empresa", aclaró. También se refugió en la meteorología adversa que por entonces habría perjudicado los vuelos de cabotaje, aunque curiosamente las demás compañías despegaron a horario desde Aeroparque o con las demoras mínimas habituales.

A esa altura, la existencia de actitudes gremiales encubiertas ya eran más que evidentes. De hecho los directivos de APLA habían amenazado una semana antes con medidas de fuerza durante la temporada alta al acusar a Julio Alak de no haber tomado las medidas necesarias e incrementado la plantilla con otros 90 pilotos. Dicen que fue Julio De Vido en persona quien suavizó los ánimos. APLA - pilotos, con Jorge Pérez Tamayo a la cabeza- acusó esta semana a APTA -técnicos, con Ricardo Cirielli al frente- por las demoras, y estos a su vez a los primeros. Lo concreto, señaló un dirigente, es que todos los gremios -unos enrolados en la CGT (APLA, AAA y UPSA), otros en la CTA (UALA y APA) y los terceros en la CGT Azul y Blanca (APTA)-, están marcando la cancha. La designación de Mariano Recalde, vinculado al líder de la CGT Hugo Moyano, no cayó del todo bien en los gremios. No sólo por su inexperiencia. Varios vieron allí el riesgo de que Jorge Pérez Tamayo y APLA aumentaran su poder dentro de la compañía. Estos, en cambio, parecían apoyar el origen del candidato (la CGT), pero no era Mariano Recalde, de la Juventud Peronista y vinculado a Juan Cabandié y Máximo Kirchner, el hombre que ellos esperaban.

En este sentido, tampoco fue muy buena la defensa que el secretario de Transporte hizo del recientemente designado -y hasta entonces desconocido- presidente y gerente general de la compañía. Schiavi sostuvo que de ninguna manera Recalde había sido elegido por su vinculación o la de su padre con la CGT que lidera Moyano. La pregunta que muchos se hicieron irónicamente entonces -entre ellos los gremios enrolados en las otras centrales- era si al hijo del abogado de la CGT se lo había elegido para semejante responsabilidad por su experiencia en la industria aeronáutica o por sus antecedentes por haber gestionado empresas que, como Aerolíneas, requieren al frente un avezado piloto de tormentas.