El objetivo, como se sabe, es el traspaso de unos 30 aviones que el Grupo español ordenó a Airbus y que ahora quieren transferir a Aerolíneas Argentinas. El costo de la operación: U$S 1.500 millones. El fabricante europeo pretende un garante antes de ceder el contrato. Por lo visto, es más confiable Marsans que el gobierno argentino. Es probable que Airbus aún recuerde cuando en el 2001 quiso llevarse los A340 ante la falta de pago de Aerolíneas y la legislación local se lo impidió. También que el gobierno firmó acuerdos que después no cumplió.
Muchos tenían la esperanza de que el anuncio pudiera haberse hecho antes del viaje o en España. No pudo ser. El tema es bastante complicado. Ahora habrá que esperar. Hay quienes temen que ahora, sin la urgencia del viaje a Madrid, el tema se dilate. Sin embargo el canciller español Miguel Ángel Moratinos, fue claro: "Al gobierno español no le importaba tanto que se resolviera todo durante la visita, sino que Marsans obtuviera una solución satisfactoria". Julio De Vido, ministro de Planificación argentino, el mismo que negocia los B-737/700 (y por que no algún que otro 800) y los Embraer, quedó a cargo de los acuerdos con Marsans y Airbus. Mientras tanto a 12 horas de vuelo del A340-300 presidencial, concretamente en el Congreso argentino, el diputado de la Coalición Cívica Adrián Pérez se preguntaba ante la prensa "cual era el apuro del Gobierno en renovar la totalidad de la flota de Aerolíneas cuando el mundo atraviesa la peor de las crisis financieras que repercute en una caída sensible del tráfico aéreo".
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