Aviación News ¦ Edición nº 224 ¦ Jueves 18 de diciembre de 2008

VIAJE AL CORAZÓN DE LUFTHANSA

No obstante, la cautela es parte de la idiosincrasia alemana. En el 2007, el Grupo Lufthansa facturó 22.400 millones de euros (un 13% más que en el 2006), transportó un 6,4% más de pasajeros (62,9 millones) y logró una ganancia de 1.700 millones de euros. Más del doble que en el año anterior. Para el 2008 los números positivos se mantienen aunque la expectativa es estar en los 1.100 millones de ganancias, pese que hasta septiembre la facturación se había incrementado un 13,6% y los ingresos por pasajeros un 17,8%. La explicación habría que buscarla en el incremento en los costos de explotación, derivados del alza del precio del petróleo que le demandó al grupo un 48,9% más de recursos.

"Estamos atravesando una zona de severas turbulencias, pero aun así creo que el grupo Lufthansa está muy bien y me atrevo a anticipar, definitivamente, que cerraremos el 2008 con ganancias", dijo Oliver Wagner, vicepresidente global de Aeropuertos, Productos y Servicios, en una cena con los periodistas en un palacio del siglo XIV en las afueras de Fráncfort. Aunque no se animó a predecir el 2009. "La marca, afirmó, está más fuerte que nunca. Prueba de ello es la gran inversión que estamos realizando para renovar nuestra flota, que se verá enriquecida con la llegada de 15 Airbus 380, el avión más grande del mundo; 20 Boeing 747/8, la nueva versión del popular Jumbo; 7 A340-600, 12 A330-300 y 30 Embraer 190". Se trata del mayor programa de modernización de flota de la historia. Al 30 de diciembre del 2007 Lufthansa Group contaba con 513 aeronaves que cubrían una red de 192 destinos en 78 países.

"Invertir en negocios no riesgosos y aprovechar la compra de carriers competidores que por sus malas finanzas son vendidos al mejor postor, es el plan de Lufthansa", sintetizó Wagner. La estrategia es simple: tratar de comprar el 100% de la empresa, pero manteniendo éstas su independencia, su marca, sus empleados, sus rutas y sus sabores. Un ejemplo es la exitosa Swiss.

Barthels, ya en las oficinas corporativas, aunque mantiene su optimismo tampoco se atrevió a dar un pronóstico para el año que viene: "Lufthansa está muy fuerte, pero el año que viene serán tiempos difíciles, por lo que es arriesgado aventurarse con un número".

Aunque tiene hubs en Fráncfort, Múnich, Londres, Zúrich, y en poco tiempo también en Milán, Viena y Ginebra; oficinas y centros de mantenimiento en distintas ciudades de Alemania y del mundo y hasta un centro de entrenamiento para sus pilotos en Arizona, el corazón de Lufthansa está en unas pocas hectáreas en los alrededores del aeropuerto de Fráncfort. Desde allí se monitorea el funcionamiento de los cinco grandes centros de negocios de la compañía: Pasajeros -que incluye las líneas aéreas Swiss, Lufthansa City Line, Germanwinds y Air Dolomiti, las participaciones en bmi, JetBlue y Brussels, más las que se sumen ahora-, Cargas, Mantenimiento, Catering e IT Services, más 400 subsidiarias y compañías asociadas.

Un ex comandante ahora jubilado, de un español impecable y un estilo envidiable para cualquier relacionista público, fue el encargado de conducir a los periodistas por las instalaciones de la compañía, empezando justamente por el edificio central, un complejo inaugurado en el 2006, de ocho cuerpos absolutamente vidriado y otros tantos jardines interiores (no sólo por un tema estético sino también ambiental), que requiere sólo un tercio de la energía habitual para calefaccionar un edificio de esta superficie. Allí trabaja apenas una parte de los 32 mil empleados que Lufthansa tienen en su base de Fráncfort, 60 mil en toda Alemania y 105 mil en el mundo.

Siempre de la mano del comandante, y por supuesto con la compañía de nuestros anfitriones durante todo el viaje -Bernd Hoffman, director de Comunicaciones Corporativas para América Latina; Annette Taeuber, directora de Ventas y Marketing para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay; y Wolfgang Will, director general para México y Centroamérica- los periodistas visitaron el Centro de Instrucción, claramente la "fábrica" de pilotos y auxiliares de vuelo de Lufthansa.

Un edificio con mucho movimiento que alberga a 20 de los 35 simuladores que la empresa tiene distribuidos en cuatro centros de capacitación. Simuladores que permiten formar pilotos desde cero en dos años y tres meses, incluyendo la instrucción en Arizona, elegido por su clima favorable, donde los aspirantes hacen sus primeras armas en aviones chicos.

"Los simuladores, a los que debe recurrir obligatoriamente todo piloto en actividad cada seis meses, son tan reales que los tripulantes nuevos podrían pasar directamente de ellos a conducir un avión con pasajeros. Aunque en Lufthansa preferimos que estos realicen antes una serie de vuelos de adaptación simplemente para que comprueben que el avión real se comporta exactamente igual que los simuladores."

Pese al costo de cada uno de estos sofisticados equipos -entre 16 y 19 millones de euros cada uno-, el simulador permite un ahorro de costos significativos frente a los que demandaría hacer el entrenamiento sobre el avión verdadero, además del riesgo que implica ensayar emergencias sobre el avión.

El edificio -que funciona además como escuela de pilotos para terceros- incluye también maquetas a tamaño natural para el entrenamiento de los auxiliares de vuelo, tanto para manejar una emergencia, asistir medicamente a un pasajero o simplemente, la parte más visible, prepararse para atender a los pasajeros más exigentes.

Muy cerca de allí se levanta el centro de mantenimiento, o mejor dicho uno de los hangares de LH Technik AG, empresa del grupo que absorbe el 15 % del mercado de mantenimiento de aviones civiles del mundo. Allí, no sólo se atienden los aviones de la empresa -cuyo promedio de edad es de 10 años, inferior por lo tanto al promedio de la industria según IATA-, sino que también se hacen trabajos para 600 clientes de todo el mundo.

LH Technik es la primera compañía del mundo en recibir las certificaciones ISO 14001 (calidad), EMAS (investigación) y OHSAS 18001 (trabajo seguro).

La llegada de los A380 a partir del año que viene está obligando a la empresa a encarar una serie de obras, todas ellas equivalentes al tamaño del avión. Por lo pronto acaban de inaugurar un hangar de 25.000 m², con capacidad para albergar en forma simultánea dos A380 y tres B-747. El proyecto incluye construir un sistema integral de hangares que estará listo en el 2015, que será el mayor de Europa y demandará una inversión de 150 millones de euros.

Las obras comprenden también un nuevo sector para instalar los simuladores del A380, el próximo avión insignia de la compañía, y las maquetas para el entrenamiento de las tripulaciones de cabina. Esto colosos que tendrán su base de operaciones en Fráncfort, dispondrán de una configuración de tres clases y capacidad para 550 pasajeros. Los A380 permitirán introducir una nueva First Class y una nueva Economy, las que serán luego trasladadas al resto de la flota.

En el aeropuerto, a su vez, y luego de un año y medio de obras, se inauguró una nueva área de despacho de Lufthansa, especialmente pensada para los A380, con salas de espera que ofrecen como novedad la posibilidad de abordar el avión en forma directa desde dos niveles estratégicamente separados. Los pasajeros Firts y Business dispondrán de puertas de acceso prioritarias. Desde este sector se podrán despachar en forma simultánea dos A380 y un B-747.

La visita, ahora con Waldo Martin como anfitrión, un puertorriqueño al que todavía le cuesta hablar con fluidez el alemán, siguió por las flamantes instalaciones de LSG Sky Chefs en Fráncfort, empresa líder en aprovisionamiento y catering que absorbe el 30% del mercado mundial. Inaugurado este año, el edificio cercano al aeropuerto dispone de un área de producción de 28.000 mil m², emplea a 2.400 personas y elabora 77 mil comidas por día. Allí todo es pulcritud, orden y tecnología de punta.

Adquirida por LH en el 2001, LSG Sky Chefs opera en 49 países y abastece de alimentos, bebidas y otros servicios a 300 aerolíneas de todo el mundo. Sólo en Fráncfort atiende a 50 carriers.

Si una de las estrategias de crecimiento de la empresa es captar la mayor cantidad posible de pasajeros Premium que se mueven por el mundo, la Fist Class Terminal, un edificio separado del resto de las instalaciones del aeropuerto, es el ejemplo más acabado de hacia donde se dirigen. Allí los pasajeros Premium -clientes de Primera Clase y miembros HON Circle, los viajeros más frecuentes de la compañía- disponen en 1.800 m² de áreas privadas de check in e inmigración, restaurante a la carta, bar área de descanso, duchas, cuartos para dormir y cuartos con bañeras, acceso a Internet, boxes con escritorios de trabajo y hasta un free shop. Pero sin duda el toque especial es la posibilidad de elegir entre una flota de autos de alta gama -Porsche, Mercedes, Audi, etc.- para ser trasladado hasta el pie del avión minutos antes de la partida del vuelo.

La aceptación fue tal -la First Class Terminal recibe unos 400 pasajeros por día- que para febrero del año que viene tienen planeado inaugurar un sector similar dentro de la Terminal B, con el mismo concepto y diseño pero de mayores dimensiones.