Sin embargo, esto no impediría que las empresas y las entidades se reúnan en una mesa chica con los presidentes de Diputados y Senadores y de las comisiones de Transporte y Presupuesto. Los empresarios, sin duda, habrán de plantear allí los incumplimientos y las responsabilidades que le caben a las autoridades como para haber empujado al sector aerocomercial argentino a la situación actual. Entre los planteos, figurarán sin duda las promesas incluidas durante estos seis años en sendos decretos de Emergencia Aerocomercial, pero que ni la Subsecretaría de Transporte Aerocomercial, en su momento, ni la Secretaría de Transporte, ni el Ministerio de Planificación, ni la ANAC, ni el mismo Poder Ejecutivo en las versiones Néstor y Cristina tuvieron la voluntad de poner en marcha. Entre los asuntos pendientes, sin duda se destaca el no envío al Congreso del proyecto de eliminación o reducción del IVA a los combustibles, compra o leasing de aviones y adquisición de repuestos. También avanzarán los empresarios, seguramente, sobre la necesidad de instrumentar correctamente el subsidio a los combustibles que vence en diciembre -hoy por hoy no alcanza para cubrir la demanda ante la negativa de Esso y Shell- y la necesidad de desregular las tarifas de cabotaje, fijando un piso para evitar prácticas de dumping, pero sin techo. ¿Cuál es el criterio de las audiencias públicas y cuál el proyecto a corto y mediano plazo para Aerolíneas Argentinas?, son parte de las preguntas que Jaime a toda costa quiere evitar ante los medios.
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