Aviación News ¦ Edición nº 202 ¦ Jueves 17 de julio de 2008

AEROLINEAS ARGENTINAS: EMPATE CANTADO

Un punto crucial en esta negociación es la deuda de Aerolíneas ¿Pero a cuánto asciende la misma? Según los gremialistas y algunos funcionarios ésta se acercaría a los U$S 900 millones. En la empresa reconocen esta deuda (ver nota "Marsans explicó la deuda de Aerolíneas y Austral") pero sostienen que la parte exigible es de 220 millones, "no demasiado para una empresa que factura 1.200 millones al año", y que el resto incluye la compra y alquiler de aviones, previsiones de deuda y boletos no usados. Si se confirmara lo de los 900 millones se daría el absurdo que un gobierno justicialista, el que encabezara Carlos Menem, privatizó la empresa a favor del Grupo Pescarmona e Iberia a fines de los ´80 con cero pasivo pero transfirió a las arcas del Estado una deuda de U$S 900 millones, mientras que 17 años después, otro gobierno del mismo signo político, "recupera" la empresa pero otra vez al costo de hacer cargar a la ciudadanía con otros U$S 900 millones. En el camino quedaron unos 3 mil millones que los políticos españoles, tanto del PP como del PSOE, no encuentran como explicarle al pueblo español por su "generosidad forzada". Para muchos en España, Aerolíneas Argentinas fue el peor negocio encarado por el gobierno en toda Latinoamérica.
El conflicto de Aerolíneas terminó por convertirse, en términos futbolísticos, en un empate. El Grupo Marsans desde hace bastante tiempo, concretamente desde que se convenció que nunca iba a contar con el más mínimo apoyo del gobierno y mucho menos de sus empleados, venía buscando una salida decorosa de la compañía, si era posible llevándose alguna moneda, pero fundamentalmente transfiriéndole a alguien -quien, sino el Estado- el pasivo acumulado durante estos años. Con un gobierno absolutamente hostil que recién concedió un par de aumentos en las tarifas e implementó a medias un subsidio a los combustibles cuando la resistencia española ya estaba quebrada, los españoles decidieron no poner "un duro" en la compañía. Ahora se confirma -cosa que había adelantado Aviación News- que los sueldos vienen siendo pagados por el Estado desde noviembre del año pasado. En realidad cumplieron con lo que dijo un tiempo antes el entonces CEO de la compañía Esteban Maccari: "Los accionistas están para hacer inversiones -aviones, por ejemplo- pero no para pagar salarios, ni cuentas de luz o gas". Es probable que Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán hayan dejado de pagar algo más que un par de servicios. Tampoco con los aviones prometidos habían ido más allá de una "Carta de Intención" -como figura en los listados de pedidos de Airbus- lejos de lo que se conoce como una "Orden en firme". La excusa será siempre que los gremios no aceptaron firmar la tregua de paz social por tres años, exigencia impuesta por la empresa para incorporar nuevos equipos.
Del otro lado del campo de juego está el gobierno, cuyos funcionarios no harían otra cosa que satisfacer el deseo de Néstor Kirchner de "recuperar" Aerolíneas para los argentinos. Ricardo Cirielli, ex subsecretario de Transporte Aerocomercial -y que ahora como secretario general de APTA acaba de pedir que además de los directivos del Grupo Marsans también marchen a la cárcel Julio De Vido y Ricardo Jaime por haber aprobado los balances 2005 y 2006 después de haberse negado a firmar los de 2002 a 2004- y Ricardo Jaime, trabajaron denodadamente para cumplir con este objetivo. No siempre el procedimiento y los métodos fueron prolijos y transparentes, y menos aun pensados buscando el interés de la industria aerocomercial.
Cirielli y Jaime, y es probable que muchos en el gobierno, no piensen lo mismo entre sí y mucho menos tienen objetivos parecidos en cuanto a quienes deben ser "los amigos" elegidos para recibir la empresa. A Cirielli en 2001, cuando el gobierno español se inclinó por Marsans en desmedro de Pellegrini, Pescarmona y Eurnekian, sus colegas en los otros gremios le adjudicaban cierta cercanía con el dueño de AA2000.
Ahora le tocó a esta empresa, por pedido del gobierno, tal como reconoció su presidente Ernesto Gutiérrez, ser el encargado de buscar los socios argentinos. El elegido, Juan Carlos López Mena, no tardó mucho en darse cuenta donde se metía, por lo que rápidamente rechazó el convite después de haber dicho que sí y haber generado un conato de paro en Austral. Durante un mes el gobierno insistió con que la alternativa López Mena estaba vigente cuando en realidad el due diligence se había cancelado desde hacia mucho tiempo.
El partido está a punto de terminar y hasta podría decirse que se entró a jugar el tiempo de descuento. El gobierno, con el apoyo de los gremios, está a punto de lograr su objetivo que no es otro que la empresa vuelva a ser argentina, no importa cómo ni a qué costo. El Grupo Marsans, con el respaldo del gobierno español, también estaría logrando la salida ordenada y la transferencia del pasivo. Los empleados volvieron a confirmar aquel arraigado concepto de "ya alguien se hará cargo" que una y otra vez a lo largo de la historia de la compañía se viene cumpliendo. Aunque es probable que ya se hayan percatado de que no cuentan con la simpatía del público como en aquel 2000 del "Salvemos a Aerolíneas". El futuro de Aerolíneas, ya forma parte de otro partido.