Aviación News ¦ Edición nº 186 ¦ Jueves 27 de marzo de 2008

AEROLINEAS ARGENTINAS Y UN PARO CORTO, PERO CON UNA HISTORIA LARGA

La carta en cuestión le adelantaba al Gobierno la comunicación que la dirección le habría de girar tres días después al gerente de Operaciones sobre la resolución de la Cámara de Apelación del Trabajo ordenando reponer a Bailac "procediendo al mantenimiento de las funciones laborales anteriores al momento al que fuera desplazado de ese cargo". La nota agregaba además que se lo debía reponer en sus funciones, previa instrucción en simulador de vuelos para recuperar su habilitación como comandante de B-747, a Carlos Alberto Giasone, y que son inminente fallos similares a favor de los comandantes Gonzalo Ruiz Suhr y Fernando Paganini. El objetivo de la nota al secretario de Transporte y otros funcionarios no era otra que ponerlos al tanto sobre una posible reacción del gremio ante la decisión de la empresa de acatar el fallo, lo que efectivamente se dio.
La historia tiene su inicio durante la administración del polémico Antonio Mata, cuando el gremio dispuso un paro que no fue acatado por algunos pilotos, entre ellos quienes ejercían funciones gerenciales. Esto habría generado no pocos enfrentamientos entre estos profesionales, más de una vez en plena cabina de vuelo. Con la asunción en reemplazo de Mata de Esteban Maccari y su política de consensuar todo con los gremios, una lista con el nombre de 68 pilotos sobre la que siempre se habló pero que recién ahora sale a la luz -la mayoría de ellos con vasta experiencia y antigüedad-, llevó a la empresa a prescindir de los servicios de estos profesionales. La nota firmada por APLA, que tendría fecha 11/12/06, y que estaría firmada por 234 pilotos, señalaba a la empresa que había 68 pilotos objetados por sus compañeros "lo que afectaba la seguridad de las operaciones". Muchos terminaron aceptando una indemnización especial, otros fueron jubilados, algunos pasaron a otras empresas que operan en el país desde donde fueron también corridos por el gremio -terminaron volando en el exterior-, mientras otros siguieron cobrando sus sueldos en Aerolíneas pero sin que los programen para volar. Obviamente la mayoría inició juicios contra la empresa y el gremio.

En una carta dirigida también a Ricardo Jaime con fecha 28 de marzo, Meliá reconoce como una situación heredada, que en la compañía hay 17 pilotos que no cumplen tareas sin que medien razones legales para ello, "por lo que estoy instruyendo por separado para que se le dé efectiva labor como tripulantes (se los programe), ya que mientras esto ha sucedido se han contratado más de 100 pilotos, que los damnificados han podido comprobar".
En otra carta también del 28 de marzo, el funcionario advierte al secretario de Transporte que la empresa reconoce que hay 40 pilotos "que ante diversas presiones de distinta índole de APLA se han visto obligados a alejarse de la compañía, por lo que han decidido llamarlos para "pedirles disculpas por el proceder anterior de la empresa y convocarlos, si así lo desean, a reincorporarse a la misma dentro del marco legal".
Todas estas cartas remitidas en un período de cuatro días ponen de manifiesto, al tiempo que advierten al Gobierno sobre posibles conflictos, que la actual gerencia general ha decidido enfrentar, en un cambio de actitud, al todo poderoso gremio de los pilotos.
Otro dato a tener en cuenta, para comprender la magnitud del absurdo creado por la misma empresa, es que Mata, Maccari y Meliá son CEOs de un mismo grupo empresario.