Aviación News ¦ Edición nº 167 ¦ Jueves 15 de octubre de 2007

CHICAGO: EL NUEVO DESTINO DE AMERICAN AIRLINES

La base de operaciones en esta ciudad fue el histórico Hilton Chicago, un señorial edificio de una manzana que durante años recibió, como se puede ver en su salón de los recuerdos, la visita de numerosos reyes y presidentes, inclusive algún mandatario argentino muy proclive a mostrarse por el mundo.

Sobrevolar el lago Michigan antes de llegar al monumental Aeropuerto Internacional O'Hare -solo American tiene 520 vuelos diarios- convierte al avión en una privilegiada platea que permite disfrutar desde lo alto la imponencia de esta ciudad ubicada en el corazón del midwest estadounidense, la tercera en importancia del país.

Recostada sobre la costa suroeste del lago, el quinto más grande del mundo, la ciudad que recibió su primer colonizador europeo en 1780, cuenta hoy con una población estable que supera los 7,5 millones de habitantes. No se puede decir que es un destino netamente turistico, sin embrago es una ciudad que merece visitarse y que cautiva inmediatamente por su arquitectura, sus parques -hay nada menos que 552- sus calles y avenidas amplias y luminosas, sus grandes canteros con flores cuando el clima lo permite, su pulcritud y limpieza, pero por sobre todas las cosas por la amabilidad y educación de su gente.

Aunque sus grandes rascacielos y algunas de sus avenidas, como la Michigan con su parecido a la Quinta Avenida, automáticamente llevan a pensar en Nueva York, los lugareños, con toda justicia, reniegan de esta comparación. Y tienen razón. Chicago es un conjunto compacto de disímiles estilos arquitectónicos, que sorprenden por su armonía y buen gusto.

Fue en Chicago donde en 1885 se levantó el primer rascacielos del mundo, el Home Insurance Building -hoy desparecido- y donde hoy conviven tres de los edificios más altos, entre ellos el Sears Tower de 435 metros, o el John Hancock Center, en cuyo piso 95 funciona un restaurante con una vista increíble de la ciudad. Sin embargo en esta materia no está todo dicho: para dentro de cuatro años el audaz arquitecto español Santiago Calatrava tiene previsto inaugurar su The Chicago Spire, una torre en forma de espiral de 105 piso y 609 metros que será, por lo menos momentáneamente en esta carrera hacia el cielo, el edificio más alto de los Estados Unidos.

El tema edilicio es tan importante en esta ciudad que la Chicago Architecture Fundation ofrece más de 50 tours a pie y en bus, para introducir al visitante en la historia de cada uno de ellos. Pero sin duda la mejor manera de conocer las características arquitectónicas y las particularidades de cada construcción es a través de una excusión en barco por el sinuoso río Chicago. Allí el guía se dedica en todo su recorrido a describir cada una de estas moles, que sin embrago se diferencian y compiten entre sí.

Un gigantesco incendio que devastó un tercio de la ciudad en 1871, incluyendo la parte central, cobró la vida de 300 vecinos, dejó sin vivienda a 90 mil familias y destruyó más de 17.000 edificios, fue sin embargo un incentivo para que arquitectos de fama internacional vinieran a la ciudad para trabajar en su reconstrucción. En pocos años, Chicago resurgió y fue elegida para acoger la Exposición mundial colombina de 1893 para 2,5 millones de visitantes. En 1933 la ciudad ya estaba lista para organizar la Feria Mundial de Chicago, conocida como "Un siglo de progreso". Daniel H. Burham, creador del famoso "Chicago Plan" en 1909, plantó las bases de un proyecto arquitectónico que se puede sintetizar en su célebre "Haga un gran plan".

Su "Piense en grande" es hoy parte fundamental del Chicago moderno que ofrece en una rápida recorrida el Observatorio Hancock, en el piso 94 de la torre homónima, el Acuario Sed, con una de las exhibiciones de tiburones más grande del país, el Museo de Ciencias e Industrias, el Museo Field, que muestra una colección de tumbas egipcias, el planetario Adler, y el "Sue", el esqueleto más completo y mejor conservado del Tiranosauro Rex.

Las compras, con las grandes marcas distribuidas a lo largo de sus avenidas, los famosos locales donde los amantes del jazz y el blues se encuentran con la esencian de esta música, y la gastronomía con fuerte ascendencia italiana, son apenas algunos de los muchos ingredientes que convierten a este nuevo destino de American en un nuevo atractivo para el mercado argentino. Como decía Burham; piense en grande. Piense en Chicago.