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La historia comenzó cuando la conducción empresaria decidió unificar toda la flota MD en una de las empresas, Austral, y dotarla de más aviones. Hoy cuenta con 22 pero el proyecto a corto plazo es llegar a 24. Entre estos equipos figuran 6 aviones de propiedad de Aerolíneas y que pasaron en alquiler a Austral. Los B-737/200 y los B-737/500 que se fueron incorporando para reemplazar la flota obsoleta, en cambio, se concentraron en la ex empresa estatal. Pero con esta flota Austral pasó a tener casi el 70% de los pasajeros del grupo en cabotaje, algo históricamente inconcebible para la gente de Aerolíneas, además de alimentar la teoría que desde hace bastante ronda el mercado sobre que el Grupo Marsans podría quedarse con Austral y desprenderse de Aerolíneas. Ante este panorama, APLA convocó la semana pasada a una Asamblea en la cual los afiliados presentes le otorgaron a las autoridades del gremio carta blanca para salir a reclamar, con medidas de fuerza si fuera necesario, la recuperación de los aviones. También acusaban a la empresa de no haber cumplido con el plan de inversiones presentado oportunamente al Gobierno. En la empresa sostienen que si bien se demoró la entrada de los A320 -llegarán a partir de enero de 2008-, sin embargo ingresaron 7 B-737/500 que cuando se presentó el plan no estaban contemplados. La intervención del Gobierno, en la persona del secretario de Transporte, Ricardo Jaime, contribuyó decididamente a torcer el brazo de la empresa y a evitar de esta manera un posible paro de pilotos. El acuerdo establece que los aviones volverán a Aerolíneas en forma gradual, a medida que ésta tenga tripulantes habilitados para operarlos. ¿Mientras tanto que pasó con los pilotos de Austral enrolados en UALA, también en pie de guerra, que los otros días distribuyeron un irónico comunicado de prensa anunciando que ya no quedaban B-737 en su flota? También estos recibieron garantías de que la productividad y la flota prevista con 24 aviones no se verán afectadas. ¿De qué manera? Reponiendo cada avión que pase a Aerolíneas. Si bien el fallo puede parecer salomónico -y evita los conflictos gremiales pre-elecciones-, posiblemente no era lo que la empresa había planificado. La pregunta que surge, inevitablemente entonces, es que quien maneja Aerolíneas/Austral: ¿El Gobierno, el Grupo Marsans o los gremios?
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