Aviación News ¦ Edición nº 154 ¦ Jueves 16 de agosto de 2007
VARIG DESPUES DE 50 AÑOS SIN VUELOS A LA ARGENTINA
VRG Linhas Aéreas S.A., la nueva compañía formada por GOL para operar la marca, dijo que fue "obligada" a suspender sus operaciones en Argentina. Y debió hacerlo, según el comunicado distribuido por la consultora de prensa en Buenos Aires, por decisión del gobierno nacional. La empresa reconoce que venía operando en situación provisoria, "ya que no había recibido el permiso, solicitado el 18 de diciembre de 2006 por el gobierno brasileño, para operar vuelos en dicho país de acuerdo con los términos del acuerdo bilateral vigente".
Para la gente de GOL, la decisión de la subsecretaría argentina apunta a reforzar el reclamo de los ex empleados de Varig en el país que no pasarían a la nueva Varig ni serían indemnizados. En el supuesto de que esta última tomara a alguno de los trabajadores, no se les reconocería la antigüedad. En definitiva, no sería otra cosa que aplicar la fórmula que se uso en Brasil donde la marca Varig Log, con los pocos aviones que le quedaban y las rutas, dio origen a una nueva empresa en manos de un fondo de inversión, que adquirió por U$S 24 millones la "Varig operativa" mientras que la "Varig residual" debería hacerse cargo de los 10.000 empleados y un pasivo de U$S 3.600 millones. Lo cierto es que los trabajadores nunca cobraron sus indemnizaciones ni se hicieron los aportes correspondientes a sus fondos de pensión. Una maniobra que evidentemente puede darse en Brasil, pero difícilmente, por el peso de los gremios, en Argentina. La vieja Varig argumenta que no tiene fondos para hacer frente a los pasivos.
En marzo de este año, en una operación que iba a contrapelo de lo que hasta entonces habían proclamado los dueños de GOL sobre lo que consideraban "su negocio", adquirieron la nueva Varig por unos U$S 320 millones. En algunos medios brasileños se aseguraba que la operación respondió a un pedido expreso del presidente Lula Da Silva a la familia Constantino, dueños de GOL. Los últimos resultados económicos exhibidos por la hasta ahora "empresa modelo" parecen no haber acompañado esta decisión. Gol, que fue una de las compañías más rentables de Latinoamérica en los últimos años, registró una pérdida en el segundo trimestre de U$S 18,3 millones, según las normas contables de Estados Unidos. Las razones, dicen, habría que buscarlas en una caída en el tráfico de pasajeros, causada por la crisis de la aviación nacional, y en la adquisición de Varig.
Hasta el jueves pasado, Varig realizaba nueve vuelos diarios (63 semanales) que unían Ezeiza con distintas ciudades del Brasil. La suspensión afecta a unos 1.500 pasajeros diarios que GOL ha tratado de retener con sus vuelos -evitando que los capture la competencia- por lo que habría solicitado autorización para efectuar vuelos chárter, lo que difícilmente la autoridad argentina vaya a aceptar.
VRG Linhas Aéreas S.A., la nueva compañía formada por GOL para operar la marca, dijo que fue "obligada" a suspender sus operaciones en Argentina. Y debió hacerlo, según el comunicado distribuido por la consultora de prensa en Buenos Aires, por decisión del gobierno nacional. La empresa reconoce que venía operando en situación provisoria, "ya que no había recibido el permiso, solicitado el 18 de diciembre de 2006 por el gobierno brasileño, para operar vuelos en dicho país de acuerdo con los términos del acuerdo bilateral vigente".
Para la gente de GOL, la decisión de la subsecretaría argentina apunta a reforzar el reclamo de los ex empleados de Varig en el país que no pasarían a la nueva Varig ni serían indemnizados. En el supuesto de que esta última tomara a alguno de los trabajadores, no se les reconocería la antigüedad. En definitiva, no sería otra cosa que aplicar la fórmula que se uso en Brasil donde la marca Varig Log, con los pocos aviones que le quedaban y las rutas, dio origen a una nueva empresa en manos de un fondo de inversión, que adquirió por U$S 24 millones la "Varig operativa" mientras que la "Varig residual" debería hacerse cargo de los 10.000 empleados y un pasivo de U$S 3.600 millones. Lo cierto es que los trabajadores nunca cobraron sus indemnizaciones ni se hicieron los aportes correspondientes a sus fondos de pensión. Una maniobra que evidentemente puede darse en Brasil, pero difícilmente, por el peso de los gremios, en Argentina. La vieja Varig argumenta que no tiene fondos para hacer frente a los pasivos.
En marzo de este año, en una operación que iba a contrapelo de lo que hasta entonces habían proclamado los dueños de GOL sobre lo que consideraban "su negocio", adquirieron la nueva Varig por unos U$S 320 millones. En algunos medios brasileños se aseguraba que la operación respondió a un pedido expreso del presidente Lula Da Silva a la familia Constantino, dueños de GOL. Los últimos resultados económicos exhibidos por la hasta ahora "empresa modelo" parecen no haber acompañado esta decisión. Gol, que fue una de las compañías más rentables de Latinoamérica en los últimos años, registró una pérdida en el segundo trimestre de U$S 18,3 millones, según las normas contables de Estados Unidos. Las razones, dicen, habría que buscarlas en una caída en el tráfico de pasajeros, causada por la crisis de la aviación nacional, y en la adquisición de Varig.